martes, 24 de junio de 2008

Amor de Surréalisme

Dame imagination no corre. - Cortázar.

Nadamos entre tintes de Miró los dos,
Los minutos son vasos, las novelas piedras.
Yo (¿yo?) soy la periferia y tú eres el centro.
Nuestro amor se deslinda sobre clavos
En algún viejo museo del otro lado.

Amalgamo ideas y conceptos de lo que somos,
Si un par de locos, o tu la arena y yo el mar
Que con mi lengua baño tus caderas.
O quizás seamos como the hedgehog’s dilema
Challenging our intimacies for ever.

Darle nombre a las formas, qué problema.
No comprendo porqué (¿me amas?) sigues
Aquí, conmigo, sin mí, a mi lado o simplemente
Dentro de mí. ¿qué es lo que ves en estos ojos,
Que son inmenso vació (¿centro?) de mí?

Siento tu mano, tu respiración, el aroma de tu
Cabello, y no se si aquí deseo estar, o si es sólo
Mi cuerpo que está y que duele, y yo me encuentro
Sobre el techo de la habitación, observando nuestros
Cuerpos apelmazados en medio (¿afuera?) de la noche.

Nada de lo que digas podrá tranquilizarme, mi mente
Vuela en mil pedazos tratando de hunir mis sentimientos,
Transformarlos en dualidad (¿orden del caos?) y descifrar de
halguna manera si esto que siento (¿vivo?) es lo que
El resto , llama dolor, doma llalor, dolla malor…

domingo, 15 de junio de 2008

Amor de Calendarios/Agujas

Llega el catorce de Noviembre de cada año,
El reloj atómico muestra las siete de la noche
Con catorce minutos y treinta y dos segundos.
Eones pasan de largo y nada se desajusta, toda
Mi vida mantiene el mismo ritmo intermitente.

Las campanas, que doblan sin cesar en la catedral,
Me piden que me levante de mi asiento y salga a
La calle para ver las pocas estrellas que las luces
De la ciudad permiten disfrutar. Veo con ansias
El celular muerto esperando la llamada perdida.

Mi cuerpo entumecido de soledad logra sentir el
Viento de la noche que me trae tu nombre desde
Lejos. Recuerdo cada vez menos nuestro pasado
De joviales días y horas en que esperaba fuera de
Tu casa con un ramo de rosas y mi amor exaltado.

Saco del bolsillo una cajetilla arrugada, tomo un
Cigarro mentolado y lo enciendo con cerillos de
Madera para no perder el sabor del tabaco. Chupo
Sin cesar la colilla aspirando el humo para lograr
Calmar todo mi ser que se siente derrotado nuevamente.

Las matemáticas, frías y sanguinarias, no se engañan,
Y me dicen que han pasado ya cincuenta y tres años,
Siete meses, y diez días con todas sus noches*. Hasta
El día de hoy había vaticinado mi alma llegar a vivir,
Pero ahora que no estás aquí, me pregunto: ¿Habrá de
Pasar más tiempo? Y mi alma responde a suspiros
Conociendo la respuesta: El tiempo tendrá que acabar
Para que seamos liberados de este tormento.

Termino el cigarro lanzándolo con fuerza al otro extremo de la
Calle. Entro a mi habitación alquilada, recuesto con
Cuidado mi cuerpo sobre la cama, me cubro con las
Delgadas sábanas y pienso: “Mañana tendré que
Conseguir un calendario para el nuevo año y ajustar

Las agujas del reloj.”

*El amor en los tiempos del cólera, G.G.M.

martes, 10 de junio de 2008

Amor de Amantes

Amor mío, debemos separarnos, debemos
partir por distintos senderos, separar el
contacto de nuestras almas, negar el pasado
y levantar la mirada al cielo, como si todos
estos días, que nos han marcado por el resto
de nuestras vidas, fuesen tan sólo una aventura
de niños y no el amor más grande de todos
los tiempos.

Debo irme de mi tierra, del seno que me ha parido,
debo irme de ti, que eres mi tierra, mi alma mater,
el sustento de las raíces que aquí he sembrado.
Me iré para siempre, porque así tiene que ser amor,
porque ambos sabemos que nuestro amor no tiene
una prolongación el los mundos en que vivimos.

Siquiera que fuera todo como en nuestros más
alocados sueños, en que tu y yo pudiésemos vivir
felices, sin complicaciones, sin daños colaterales,
sin herir al resto del mundo y sin herirnos, como
en las grandes novelas que hemos compartido. Ni
los ancestros del maíz milenario podrían conseguirle
una solución a nuestro amor, sin tener que derrumbar
el mundo actual y transformarlo sólo para nosotros dos.

Quizás el destino tiene algo mejor preparado para ambos;
mientras, debemos esperar amor, debemos sufrir lo
que corresponda a nuestros pecados, para así regresar
con las almas puras y amarnos por siempre en la rosa
del empíreo, junto a la corte de serafines, arcángeles y
querubines, todos ensalzando nuestro inmenso amor y
toda la luz que de el mana.

"Regala un tierno beso por el aire al hombre que de
ti lejos se despide con el corazón hecho pedazos."

lunes, 9 de junio de 2008

Acatenango, Agua y Fuego


La tierra es eso: la infancia, los ruidos,
los olores, el humo de la leña de la cocina,
la respiración casi canto de la molendera
arrodillada sobre la piedra, el rumor eterno,
familiar de la fuente, de los sanates entre la
gran bola roja del naranjo lleno de fruto, la
hermana menor que llora, el padre que trabaja
en el escritorio, la lección de piano y el temblor
de tierra que nos reúne a todos en el centro
del patio mientras oscilan enfrente los muros
de la catedral; la niña de nuestros sueños, la
lección no aprendida y la tarea no empezada,
el lápiz rojo y las estampillas de correo, la
caja de colores de Amatitlán, el gato, el perro
y el caballito, el barrilete, las primas, el hijito
de la sirvienta que comparte nuestros juegos,
el purgante y la cara dura del médico, el uniforme
de la escuela, el olor del café tostándose, de los
tamales de Nochebuena, un remordimiento,
la flor escondida entre el libro de gramática,
la muerte de la abuela, la cosecha de café, las
muchachas cortadoras de pies descalzos, anchos
y gordezuelos, con los canastos llenos de cerezas
de café, que pasaban junto a nosotros entre el
rumor de sus faldas encendidas, sonriendo al
“patroncito”, como muñecas de barro de Rabinal.

Guatemala: las líneas de su mano. Luis Cardoza y Aragón.

sábado, 7 de junio de 2008

Amor de Deseos

-A la mujer libre que hay en ti,

luego de una noche espléndida.-


Regreso a mi apartamento por la madrugada,
Las calles están desoladas, no hay sonidos,
No hay aromas nocturnos, sólo las luces que
Me acompañan de vuelta a la soledad. Bajo
Del carro para sentir las gotas de agua que
Caen dispersas sobre mi cabeza, me gusta,
Disfruto el frío del aire que se lleva los restos
De basura que llenan las orillas de la calle.
Todo continúa callado a mi alrededor. Deseo
Quedarme bajo las capas de lluvia que no cesa,
Tú me sigues acompañando en la humedad
De la hora muerta en nuestra ciudad. Logro
Sacar las llaves del bolsillo y abrir una puerta
Que cuida un pasillo oscuro y estrecho, subo
Unas escaleras y llego a otra puerta que se abre
Al girar el pomo, me adentro en una habitación
Con olor a sequedad inmensa. Desvisto con
Facilidad mi cuerpo y me inundo en una cama
Grandísima. Sigue la madrugada atrapándome
Dentro de la pieza y yo veo un techo desconocido,
Mis ojos derraman lágrimas pero yo yo yo yo no
Logro entender por qué. Creo que ya no controlo
Mi ser, mis ansias; luego me veo recostado sobre la
Cama y veo las siluetas que mi maltratado cuerpo
Dibuja en las sábanas, veo que lloro, que todo llora
Ahí en la soledad, y me percato que es mi alma la
Que no soporta tener que dormir sin ti, sin tu cálido
Ser, sin tu tersa piel, sin el aroma a dulces higos de
Tu largo y azabache cabello. Sí, yo yo yo yo, necesito
Dormir junto a ti, para olvidar todas las responsabilidades
Del mundo, para abandonar todo e irme a las esferas
Celestes junto a ti, donde nadie ni nada nos pueda
Lastimar, un lugar en el que tu y yo seamos el principio
Y el fin de la vida. Un lugar que no perturbe la magnanimidad de nuestro amor.

lunes, 2 de junio de 2008

Amor de Sombras

¿Qué es una noche de besos y caricias,
De recuerdos desperdigados en pozos?
Tan solo un momento de primicias
Donde el sol golpea con fuerza mis ojos.
Cariño mío, que quemas todo con tu tacto.

Qué difícil darle la espalda al futuro
Y regresar donde la vida se desvanece.
Delicia es probar un amor tan puro
Que un día es todo, y luego de todo carece.
Cariño mío, ¿por qué este eterno pacto?

Aún quedan restos de tu miel en mi corazón,
Pero se escapa por las cicatrices abiertas.
El fuego que nos quema nos quita la respiración
Y me ahogo en un pasillo de cerradas puertas.
Cariño mío, eres el final de mi vida en cada acto.

Mis ansias incontenibles desdibujan tu silueta
Y te persigo en la oscuridad de mi cueva.
Grito y fallezco, y me levanto cual marioneta
Que sin dueño el viento aturde y se lleva.
Cariño mío, Cariño mío, Cariño mío…