jueves, 16 de julio de 2009

La recuerdo así



- A un camarada de batalla
y a tu recuerdo por supuesto.

Mejor la cama destendida que tu ausencia a mi lado,
mejor sus besos que tu nombre en mi boca
y yo primavera y otoño en menos de una hora
mientras la conozco se va uniendo a mi olvido.

Esto es un trorrillo, un espiral, un ciclo...
esto de no tenerte y buscarte en pechos desconocidos
en un nombre que no recuerdo
en un vientre al que no vuelvo
es un punto más a la lista de fracasos que guardo en el cajón
junto a tu recuerdo.

La recuerdo así
como luz de día que deslumbra en el umbral
como casa de muecas todo en su lugar
con todo dispuesto para empezar a jugar
tenía tantas ganas para empezar a jugar

La recuerdo así
como la promesa que le hice y no cumplí
no importa este mundo en contra me tienes a mí
pero cuando le hice falta ya no estaba allí
le hice tanta falta y ya no me encontraba allí

La recuerdo así
me dijo no digas nada calla y no la oí
sólo quería un beso dulce antes de partir
no quería que la mirara llorar nuestro fin
no quería que la mirara llorar este fin

La recuerdo así
con el nudo en la garganta y ganas de mentir
y decirme todo va a estar bien si tú no estás aquí
no soy la primera y no eres el último así
no soy la primera y no eres el último así

martes, 14 de julio de 2009

III Columna de MetropoliD

www.metropolid.com



¿Dónde está la poetisa?

Por: walleo

“De a poco, bien por lo bajo pero con suma dignidad, el chileno Roberto Bolaño puede afirmar que es uno de los escritores más relevantes de la Latinoamérica actual. No tan erudito y performer como Ricardo Piglia, ni tan descabellado e iluminado como César Aira, sus historias viven con un ojo en el mundo de la literatura y otro en los fragores de la vida cotidiana”, dice el artículo de Gustavo Álvarez Núñez en Terra.com.

Es curioso que recomiende algo que no he realizado, y más todavía que opine al respecto, pero este es el momento ideal, considero, para leer un libro que se me ha escapado de las manos de manera intermitente desde hace algunos años. Roberto Bolaño fue un escritor chileno nacido en 1953 y que murió hoy hace seis años. De tanto un club de lectura al que asisto, pasando por un catedrático de Literatura, hasta amigos del trabajo y la universidad, he recibido grandes recomendaciones de este escritor, algunos haciendo comparaciones entre su novela cumbre: Los detectives salvajes, con Rayuela, de Cortázar, afirmándome que debo leerla a como dé lugar.

Lo que sé del libro es que trata de la búsqueda de una poetisa por otros dos poetas, cuyos contactos y personas que conocen a través de la investigación se narran en primera persona y que, de aquí posiblemente la comparación con Rayuela, no tienen un orden específico. Recuerdo que una de las cosas que me comentaron del libro que más me llamó la atención es que hay un poema que sólo es unas cuantas ondulaciones con un cuadrito encima y una gran discusión del sentido del poema, o que menciona tanto a poetas ficticios como reales, y que uno de los protagonistas quizá sea el álter ego de Bolaño, en fin, habrá que leerla, y qué mejor tiempo que este, a seis años de su muerte y el momento en que se lee su obra como desquiciado.

Es una lectura perfecta para el que ama la poesía y para aquel que cree que Cortázar lo es todo. Ya en 1999 recibe el premio Rómulo Gallegos por dicha novela. El escritor chileno es una de las figuras de la literatura latinoamericana de un peso descomunal, una capacidad narrativa absorbente y destructiva. En una entrevista por Mónica Maristain mencionó: “Me conmueven los lectores a secas, los que aún se atreven a leer el Diccionario filosófico de Voltaire, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco. Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza. Un libro es la mejor almohada que existe”.

La obra está a la venta en la librería Sophos, a un precio de Q195; quedan pocas existencias, y por ser hoy aniversario de su muerte, aconsejo apresurarse para obtenerlo, algo que no nos debemos perder.