lunes, 7 de abril de 2008

Ruido Blanco

El día se despedaza
en hebras de grana
y azules siderales.
Aprieto con fuerza
mis puños y muerdo
mi lengua y labios.
Me reprimo. Me confino
al silencio que
inunda el mundo.
Ruido Blanco.

No hay alguien en
los subterráneos.
Ningún signo de
movimiento.
Nada pasta las praderas.
Los ríos fluyen
destajados,
sin destino,
sin mar.
Las nubes se alejan
de las montañas peladas.
La luz se disuelve. La vida
se detiene. No hay movimiento.
Solamente Ruido Blanco.

La pintura se seca.
El desierto no arde.
El viento no sopla.
La taza de café ya enfriada.
El cigarro apagado.
Los pájaros no trinan.
La tierra no gira.
Las estrellas no tiritan.
El Apocalipsis ha culminado.
Las ciudades no exhalan.
No más supermercados,
ni créditos, ni haberes,
ni capital. Dios ha muerto y
ha dejado
Ruido Blanco tras de si.

No más mentiras.
No más verdades.
Adiós a las incertidumbres.
Al cariño, al resentimiento.
Al desvelo, al hambre.
A la sangre tibia.
A todo lo que en
esta vida nos aflige,
nos conmociona,
nos preocupa.
Adiós al ser querido.
El Juicio Final da su
veredicto: ¡Ruido Blanco!

Ahora que inunda mis
pulmones con su soledad,
destruye mis tímpanos con
su silencio, quema mis
arterias y venas con su
frialdad, pulveriza mis
huesos con gentileza y
hace sombra a mi conciencia.
Quiero que sea una pesadilla
no mas. Quiero vivir, pero
en verdad vivir, y no esta
indiferencia, este Ruido Blanco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El ruido blanco es una señal aleatoria (proceso estocástico) que se caracteriza porque sus valores de señal en dos instantes de tiempo diferentes no guardan correlación estadística. Como consecuencia de ello, su densidad espectral de potencia (PSD, Power Spectral Density) es una constante, i.e, su gráfica es plana.[1] Esto significa que la señal contiene todas las frecuencias y todas ellas tienen la misma potencia. Igual fenómeno ocurre con la luz blanca, lo que motiva la denominación.