lunes, 21 de abril de 2008

Digo

Que aun te amo, en serio lo digo.
¿Pero lo digo de otra manera?
El amor ha cambiado,
con el tiempo por supuesto.
El amor ya no se confunde
con el deseo. Miscible era en su
apogeo y ahora he logrado
discernirlo, separarlo de todo
elemento y hacerlo lo más puro
posible. Ahora que solo tengo
el amor en las manos, y logro
pesarlo, es demasiado tangible,
tanto que no tiene sentido, porque
¿qué es el amor sin restricciones?
Lo vetado nos atrae y nos impulsa,
puedo cometer los peores crímenes
en el nombre del amor, de tu amor.
Pero ahora que está solo, me aleja de ti.
Me repulsa hacía el otro extremo,
hacia un odio que había desechado
desde que te conocí, no, desde que te tuve.
Ahora que no te tengo, que te he perdido,
el amor ha trasmutado a otra cosa.
No sé que es, no quiero saberlo.
El amor debe ser incomprensible,
debe ser innombrable, y aun me
sorprende que tenga nombre, que eso
posea una etiqueta, una emoción,
un sentimiento. ¿Dónde ha quedado
la locura? El amor está perdido sin ella,
así como yo estoy perdido sin ti en
este mundo. DESECHO EL AMOR
QUE TENEMOS.
Pero te propongo lo siguiente:
Regresa a mí y reinventemos el amor,
llamémosle de otra manera, o no lo llamemos,
solo hagamos el amor de otra forma.
Solo hagamos el amor digo.

No hay comentarios: