miércoles, 21 de mayo de 2008

POSTDATA

Después, todo comenzó cuando lo del eclipse
lunar. Cuando nos dimos cuenta que nadie tenia
sombra. Que por más ademanes y piruetas que
hiciéramos, nuestras correspondientes sombras nunca
aparecían.

Fue peor cuando quisimos provocarlas
mediante el uso del fluido eléctrico. Pero nada. Nadie
tenía sombra ya más.
Fue entonces cuando se el temor se convirtió en
miedo, el miedo en terror y del terror cundió un pánico
general que provoco miles y miles de muertes por
cualquier razón; susto, fatiga, insolación, sugestión,
inanición y accidentes de todo tipo.
El proceso normal de todas las fuerzas vivas de
producción se ha transformado letalmente. Peor,
cuando nos dimos cuenta que sólo los humanos
carecíamos de sombra.

Ahora, los sobrevivientes, hablamos menos.
Nos movilizamos menos y mantenemos la mirada
perdida. Muchos ya no piensan en lo que hacen porque
ya son autómatas. Se nos ha disminuido la capacidad
del olfato, del oído, de la vista, del tacto. Por eso, de
repente, la gente se muere o, se accidenta.

Hemos perdido la noción del tiempo y lo del
Eclipse ya no sabemos cuando ocurrió.
Estamos olvidando ya que teníamos sombra.
Alguien o, algo nos la ha quitado. Nos han extirpado
lo que nos daba la vida. Lo que nos hacía vivir.
Yo mismo, olvidaré para siempre esto que he
Testimoniado ahora.

El último katún. Carlos René García Escobar.

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