miércoles, 2 de julio de 2008

Amor de Titanes

El agua limpia hace de mis suspiros de humo
lamentos efímeros en el aire. Se escuchan los
gritos de las prostitutas en las calles, mientras
corren a buscar techo contra la tormenta que
se desata ante nosotros. Recuerdo nombres de
Gigantes de tu vida, nombres pasados, actuales
y futuros. Van y vienen como piedras lanzadas
hacia mi rostro, escupidas de infamia, (¿habré
apagado la luz?) cortes superficiales en mi alma
que respiran con fuerza. El cigarro se termina
quemándome los labios con mil y un razones
y más recuerdos. Pesan de una manera terrible
sobre mí, creo poder resistir a sus envites pero
es demasiado, es demasiado, peor castigo que
el del Atlas. Llegan momentos en que estoy al
borde de la muerte, pero me sonríes con ternura,
pidiendo que aguante, que falta poco, que ya
llegará el día, y yo solamente lloro sangre y
continúo bajo todo eso. (no creo estar seguro
de haber apagado la luz) Enciendo otro cigarro
y miro desamparado hacia la tormenta, las gotas
caen sobre gotas, la humedad se hace insoportable.
Has robado el fuego que celo y el precio de haberlo
perdido es inigualable, tan terrible es el amor que
está diseñado por nosotros para no comprenderlo
y dejar que nos gobierne, (mejor regreso, la luz
debe estar encendida) castigo eterno el de los titanes
que mi corazón debe aceptar. (de haber sabido, el
bombillo lleva horas quemado. La lluvia lanza gritos
sobre la lámina y me es más fácil cargar con todo esto.)

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